Por: Juan José Vélez
Se han hablado muchas cosas de esta película, tanto buenas como malas, aunque en general creo que he escuchado más opiniones buenas.
No quise leer ni enterarme demasiado para que no se le fuera a escapar a alguien un spoiler y me acabara enterando de alguna parte importante de la película antes de verla. Afortunadamente no pasó y pude llegar a la sala IMAX 3D completamente en ignorancia sobre lo que pasaría al comenzar la obra de Cuarón en la gran pantalla.
Gravity es una película como pocas. Como muy pocas. En verdad es una experiencia que hay que vivir, si es en alguna sala IMAX o 4DX o por lo menos una Macro Pantalla, hay que hacerlo. El 3D, vaya que vale la pena. Me atrevo a decir que no tanto como Pacific Rim, pero sí hay que verla en 3D.
La historia y los personajes que se ven en pantalla, o hasta los que sólo se escuchan, son muy pocos. El gran papel, creo que le toca al planeta Tierra, o bien, a la inmensidad del vacío del espacio.
No hacen falta más elementos para contar una gran historia, que se vá como agua y cuando menos lo esperes, estarás en el filo de tu asiento, en estrés máximo, y de pronto en calma. Arriba y abajo, ir y venir. Así nos lleva en este viaje, el señor Alfonso Cuarón, de la mano durante todo el filme.
Pero no todo es viaje. Hay mucho simbolismo, de pronto se deja al lado el miedo, para sentir el abrumador sonido del silencio total, para preguntarnos si los marcianos existen o no, para volver a ser feto y renacer, para comprobar el poder de la mente humana y toda la información que podemos guardar en el subconciente, para no darse por vencido nunca, para darse cuenta de que siempre hay una forma de solucionar los problemas, para apreciar las cosas simples de la vida, para sentir frío y calor… para levantarse y andar después de volver a nacer, con esfuerzo, pues parecería que olvidamos por un momento la sensación de… la gravedad. Estoy seguro de que cada ser humano que experimente este viaje, va a interpretarlo de diferente manera en su vida.
Advertidos quedan, que ésta no es una película más del espacio, no vamos a salvar a la humanidad explotando un meteorito que amenaza chocar contra nuestro planeta, o a luchar contra seres invasores de la galaxia vecina, ni nadie nos va a recordar que siempre debemos dejar ganar al Wookie. Esta película basa su complejidad en cosas realmente simples, que a su vez, complican todo en unos segundos.
No será casualidad que al final de la película sintamos la gravedad al dar los primeros pasos fuera de la sala. No exagero, pues no fuí el único a quien le pasó, y vamos, creo que hasta Cuarón sabe que eso pasa.
Podría asegurar que la manera de hacer cine toma una nueva perspectiva en base a este filme. No es el único, seguramente hay más películas que aún no veo y que pueda sentir que me cambia la vida, y seguramente se harán en el futuro más historias así, también. No lo sé. Pero lo que sí sé, es que son muy pocos los que, con su creación, logran trascender un mensaje de tal forma.
Y ya que mencioné eso de «que te cambian la vida», me sucedió algo similar al ver la película de animación japonesa «The End of Evangelion». Nada que ver con la trama de Gravedad, pero no pude evitar el comparar un poco el sentimiento que me invadió al momento de rodar los créditos finales.
En resumen, Alfonso Cuarón y su equipo, han logrado hacer una gran pelicula, que si bien no será del gusto de todos, sí es seguro que será muy comentada y discutida por mucho tiempo, probablemente convirtiéndose en una de esas «de culto».
No se la pierdan, vayan a su sala de cine favorita, tomen su butaca, esperen a que apaguen las luces, respiren profundo, y disfruten el viaje.